En un giro que no sorprende a muchos dentro del ámbito político local, Juan Ignacio Acuña Kunz, un joven profesional que hasta hace poco gozaba de un fuerte respaldo dentro del Ejecutivo Municipal, estaría a punto de ser removido de su cargo. Según fuentes internas, su salida sería consecuencia de una serie de desmanes que genera malestar en la administración del intendente Pablo Carrizo.
Acuña Kunz, habría perdido el apoyo clave que lo mantenía en su posición debido a su manejo de situaciones jurídicas. Este malestar resulta luego de que se le acusara puertas adentro de no haber revisado adecuadamente las actas de acuerdo firmada ahora por el Ministerio de Trabajo, el cual homologó el reingreso de empleados despedidos sin causa, la restitución de categorías laborales y el cese de persecuciones internas, condicionando los intereses del Intendente Pablo Carrizo.
Este descuido, además, genera problemas legales para la administración de Pablo Carrizo quien ya está siendo intimado por la Justicia, y que ya es cuestionado hasta por su propio espacio, SER Santa Cruz, que sienten que su presencia se volvió contraproducente y “se corta solo”, indicó un dirigente del oficialismo.
El malestar entre Carrizo y Acuña Kunz no es nuevo. Según relatan fuentes cercanas, el intendente habría mostrado un carácter cada vez más irritable tras las derrotas jurídicas sufridas, lo que habría tensado aún más la relación entre ambos. Incluso, varios cercanos a Acuña Kunz le habrían recomendado alejarse de la figura del intendente, argumentando que su permanencia en el gabinete solo lo exponía.
Entre las polémicas más graves, se encuentra la filtración del famoso superávit fiscal con el que cuenta la Municipalidad de Caleta Olivia, el encallamiento de su automóvil personal en cercanías del muelle local en un hecho que no se esclareció, y según informan, estuvo vinculado de alguna manera al escándalo de la OPIDNNA.
Estos episodios se suman a una serie de problemas que enfrenta la administración municipal, que parece estar perdiendo el poco o nulo control ante los conflictos sociales y laborales por una gestión que quedó chica ante situaciones complejas. Un ejemplo reciente es el escándalo en la planta pesquera que dejó en evidencia la falta de capacidad de los funcionarios para manejar crisis de magnitudes.