El gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, volvió a hacer un enérgico reclamo en defensa de la actividad pesquera de la provincia, tras los recientes conflictos en Puerto Deseado que afectaron las operaciones en el sector. Durante una rueda de prensa, Vidal apuntó duramente contra lo que él considera “intereses políticos y empresariales” que buscan desestabilizar el progreso de la provincia. Sin embargo, detrás de sus palabras, surge una pregunta crucial: ¿por qué sigue sin haber un secretario de pesca en la provincia desde hace más de cinco meses?
“Creo que los que tenemos algún tipo de responsabilidad en la sociedad y tomamos decisiones no podemos estar de acuerdo con lo que está sucediendo en Puerto Deseado”, comentó Vidal, refiriéndose a los recientes hechos que interrumpieron la carga y descarga de contenedores en la empresa Vepez. No obstante, a pesar de sus duras críticas a los actores que, según él, entorpecen el desarrollo, sus declaraciones parecen más una defensa de su propio gobierno que una solución real a los problemas que atraviesa el sector.
El gobernador insistió en que Santa Cruz necesita una reestructuración económica, pero se omite un detalle clave: ¿cómo pretende hacerlo sin la presencia de un secretario de pesca para gestionar los conflictos específicos del sector? Desde que el cargo quedó vacante hace más de cinco meses con la renuncia de Harold Bark, los pescadores, empresarios y trabajadores del sector pesquero han quedado sin representación clara en el gobierno provincial. Esta vacancia institucional ha agravado aún más los problemas de la actividad pesquera, ya que el manejo de los conflictos y las negociaciones con las empresas y sindicatos depende en gran medida de esta figura. Sin embargo, Vidal no mencionó esta ausencia crucial durante su discurso.
El gobernador también fue tajante en su postura sobre las medidas de fuerza que paralizaron las operaciones portuarias, atribuyéndolas a “intereses” externos y acusando a “dos o tres personajes mandados” de intentar frenar el progreso de la provincia. Sin embargo, no presentó evidencia concreta para sustentar estas acusaciones. En lugar de ofrecer soluciones viables, Vidal reafirmó su decisión de no permitir que se tomen más puertos de la provincia, sin explicar cómo esta postura confrontativa podría beneficiar a la economía provincial o calmar las tensiones en el sector.
A pesar de su retórica beligerante, Vidal también destacó la importancia del “diálogo”, pero solo cuando “del otro lado hay voluntad de dialogar”. Lo que no dijo es que el diálogo es un proceso bidireccional, que implica gestionar los conflictos de manera proactiva, algo que ha brillado por su ausencia durante su gestión. La falta de un secretario de pesca y la ausencia de un plan de acción claro para resolver los conflictos del sector solo alimentan la polarización y la confrontación, en lugar de buscar soluciones consensuadas que permitan la estabilidad del sector.
En cuanto a los logros en el sector pesquero, Vidal destacó la reactivación de una planta cerrada durante 14 años y la creación de nuevos puestos de trabajo, pero sus comentarios sobre los “palos en la rueda” que, según él, aparecen para frenar el progreso, suenan más a una victimización que a una estrategia clara de desarrollo económico. Es cierto que el sector pesquero es vital para la economía provincial, pero su falta de autocrítica sobre el manejo de los conflictos y su incapacidad para nombrar un secretario de pesca dan cuenta de una gestión vacía de soluciones efectivas.
Finalmente, Vidal concluyó con un llamado a la unidad y a la defensa de los intereses provinciales: “No podemos permitir que intereses particulares destruyan lo que tanto nos cuesta construir”, dijo, apelando al compromiso colectivo. Sin embargo, su retórica parece más dirigida a fortalecer su imagen personal en medio de un escenario político complejo, que a encontrar una salida consensuada a los problemas que enfrenta el sector pesquero.
En resumen, mientras Vidal continúa con sus declaraciones contundentes y sus críticas a los que, según él, intentan frenar el progreso de Santa Cruz, su gestión sigue dejando vacíos importantes. La falta de un secretario de pesca durante más de cinco meses y la falta de propuestas claras para resolver los conflictos del sector pesquero ponen en evidencia que, a pesar de su discurso firme, la gestión de los conflictos sigue siendo una asignatura pendiente en su gobierno.