Consecuencia de una soberbia institucional, el municipio de Caleta Olivia está sumergido en el capricho de un gabinete que no quiere escuchar ni resolver el salario de sus empleados. Con el pasar de los días y la dilatación de los tiempos, la problemática solo se agudiza ante un Ejecutivo que hace caso omiso al pedido desesperado de una negociación por haberes que puedan proporcionar una vida digna a cerca de 3000 familias de la Ciudad.
Trabajadores que están debajo de la línea de la indigencia, contra cargos políticos que cobran como empresarios de primera línea. En este momento, por poner un ejemplo, Pablo Carrizo cobra haberes por un monto superior a los $2.100.000, mientras que un sector importante de empleados cobra $350.000. En la comparativa, los empleados tuvieron un aumento del 80% acumulado, mientras que los cargos políticos más del 150%.
Los trabajadores mediante asamblea ante la burla de un Ejecutivo que solo busca desgastarlos en su reclamo para quitarle fuerzas, ante lo que ya son más de 3 meses de no rediscutir salarios, se decidió la toma de las instalaciones del Concejo Deliberante y la entrada del municipio montando una carpa.
Sin dudas, el costo político de aquellos que son dirigentes circunstanciales del Municipio será alto. Llegando a estas alturas, solo foguearán el descontento de la comuna que ya luce como una ciudad en abandono. De no rectificar el camino, su futuro próximo será quedar como personas non-gratas en la ciudad que alguna vez confió en ellos.