Críticas surgen por la convocatoria a un paro en un contexto de despidos encubiertos y cierre de empresas, mientras se anticipa una conciliación obligatoria.
En medio de un escenario laboral marcado por despidos encubiertos, retiros voluntarios y el cierre de numerosas empresas, se pone en duda la efectividad y legitimidad de un paro convocado por Rafael Güenchenen recientemente. Con cerca de 2.000 personas ya fuera de sus puestos de trabajo, la pregunta es: ¿qué impacto real puede tener un paro en estas circunstancias?
La polémica se intensifica ante la revelación de que el mismo individuo que actuó como orador, Javier Aravena, Ministro de Trabajo será quien dicte una conciliación obligatoria en un futuro. Los trabajadores, quienes recuerdan un episodio similar ocurrido durante el último paro, cuando se encontraba el exministro Julio Gutiérrez, después de pronunciarse en contra de YPF, emitió una conciliación obligatoria apenas tres horas después.
Las críticas apuntan a lo que algunos describen como “metodologías contradictorias” en la gestión de conflictos laborales. “¿De qué sirve un paro si las decisiones ya están tomadas y las empresas siguen cerrando?”, cuestionan los trabajadores afectados. Mientras tanto, el clima de incertidumbre laboral continúa, con muchos esperando ver cómo se desarrollarán los próximos eventos en este tenso escenario.
Mientras tanto, el ocaso de un ciclo que se cierra para miles de trabajadores es un golpe inminente que ven como la historia se repite en una Provincia que supo ser una base consolidada dentro de la industria Internacional, azotada por un desmanejo de funcionarios circunstanciales para el beneficio de pocos.
Por Iván M. Para La Bisagra Noticias.