En una sesión extraordinaria celebrada este jueves, la Cámara de Diputados de Santa Cruz, con la presencia de la totalidad de sus miembros, el oficialismo logró designar a los Sergio Acevedo y José Antonio González Nora como nuevos vocales del Tribunal Superior de Justicia (TSJ). El acto, que buscaba avanzar en la integración del máximo órgano judicial provincial, estuvo marcado por visiones contrapuestas sobre su validez.
Desde el bloque oficialista, se destacó que la designación se realizó siguiendo los pasos establecidos en la Constitución Provincial (artículo 119). Subrayaron que el gobernador Claudio Vidal envió las ternas de candidatos y que los legisladores cumplieron con su rol de seleccionar a los postulantes en una votación secreta, tal como exige la norma. El objetivo declarado de esta medida es “fortalecer la justicia provincial” y “garantizar transparencia e imparcialidad” en los fallos, honrando un compromiso de campaña.
Sin embargo, el proceso se desarrolló en un contexto de fuerte controversia. Por un lado, trabajadores judiciales se movilizaron frente a la Legislatura, rechazando lo que consideran una designación apresurada y sin el debido debate público.
Por otro lado, Gonzalo Chute destacó un punto de mayor fricción, la sesión se realizó a pesar de existir medidas cautelares emitidas por dos magistrados (uno civil y otro penal) que ordenaban suspender el procedimiento. Esta circunstancia es la base de la crítica más severa: al realizarse en desacato a una orden judicial, la sesión adolecería de nulidad absoluta.
Además, el Secretario de Legal y Técnica de Río Gallegos apuntó contra los Diputados que votaron a favor de estas designaciones: “Los Diputados que votaron a favor junto al Gobernador y el Vicegobernador, son apenas delincuentes en conflicto de la ley penal”.
Más allá de que las cautelares pudieran ser revocadas posteriormente, el acto de desobediencia en sí mismo podría configurar incumplimiento de los deberes de funcionario público, finalizó el posteo del funcionario de Río Gallegos, Gonzalo Chute.
