Güenchenen y Vidal, en el centro de la controversia por el futuro de YPF en Santa Cruz

En una nueva asamblea realizada en Las Heras, el secretario general del Sindicato Petrolero de Santa Cruz, Rafael Güenchenen, arremetió duramente contra el CEO de YPF, Horacio Marín, al acusarlo de abandonar los principios históricos de la empresa. Sin embargo, en su discurso, el líder sindical no solo cargó contra la gestión de Marín, sino que también dejó entrever que las decisiones de su propio sindicato y la falta de acción de Claudio Vidal, titular del gremio a nivel provincial, están estrechamente vinculadas a la delicada situación que atraviesa la región.

Güenchenen denunció que, bajo la dirección de Marín, YPF ha reducido significativamente su inversión y producción en Santa Cruz, pasando de dos millones de barriles mensuales a una caída del 50%. “Esto no es casualidad, es parte de una política que prioriza los negocios rápidos en Vaca Muerta”, expresó el sindicalista, apuntando a la orientación de la empresa que, según él, busca entregar los yacimientos convencionales a empresarios aliados, dejando en riesgo a más de 2.800 trabajadores.

A pesar de sus fuertes críticas, las intervenciones de Güenchenen y la falta de respuestas claras por parte de Vidal ante la crisis laboral y ambiental en la provincia no hicieron más que alimentar la sensación de desamparo entre los trabajadores. Mientras el gobierno provincial y nacional avanzan con planes de ajuste en el sector petrolero, la ausencia de un plan firme por parte de los sindicatos ha generado desconfianza en las bases.

“Si Marín quiere reducir puestos, que sea el primero en renunciar”

Uno de los momentos más resonantes de la asamblea fue cuando Güenchenén desafió abiertamente al CEO de YPF: “Que Marín sea el primero de los 2.800 en renunciar. Que haga patria y se vaya de YPF si no está dispuesto a defender a Santa Cruz y a su gente”. Esta afirmación, aunque contundente, dejó en evidencia una crítica implícita a los propios líderes sindicales, quienes no han logrado generar un frente común ante la amenaza de los despidos y la privatización de los recursos.

La responsabilidad compartida

Si bien la crítica a Marín fue feroz, el discurso de Güenchenen pasó por alto otros factores determinantes en la actual crisis, incluyendo la falta de acción concreta del sindicalismo en Santa Cruz. Si bien mencionó la importancia de que YPF cumpla con sus compromisos sociales y laborales, no se refirió a las propias fallas organizativas dentro del sindicato ni a la falta de intervención directa de Claudio Vidal, quien, aunque líder a nivel provincial, no estuvo presente en la asamblea ni en las negociaciones claves que afectan directamente a los trabajadores.

Este vacío de liderazgo en un momento crítico hace que muchos cuestionen si la estrategia sindical realmente está alineada con la defensa de los derechos laborales o si, por el contrario, hay una carencia de respuestas contundentes ante el avance de los intereses empresariales.

Cabe recordar que durante los primeros 9 meses del Gobernador Claudio Vidal, se ponderó la salida de YPF como la solución a los problemas del sector petrolero en Santa Cruz. Hoy, peligran más de 2800 puestos de trabajo y uno de los sectores de la economía Provincial.

El pasivo ambiental y laboral: un tema pendiente

Otro de los puntos clave de la intervención de Güenchenen fue el pasivo ambiental y laboral que YPF podría dejar al irse de la provincia. Sin embargo, este reclamo no estuvo acompañado de propuestas claras por parte del sindicato para garantizar que las empresas asuman la responsabilidad sobre el estado de los yacimientos y el impacto ambiental. El sindicalista hizo un llamado a la política para generar un marco legislativo que frene la entrega de los recursos, pero el silencio de los dirigentes sindicales y políticos locales deja en duda si estas promesas se concretarán en acciones reales.

En un contexto de creciente incertidumbre, las palabras de Güenchenen sobre la necesidad de “inversión y compromiso” de nuevas empresas parecen más bien un reflejo de la falta de alternativas viables dentro del propio sindicato, que no ha logrado constituir un frente sólido para enfrentar los desafíos del sector.

¿Un compromiso real o un juego de apariencias?

El discurso de Güenchenen y la ausencia de Vidal en este crucial momento son, quizás, un reflejo de la tensión interna dentro del sindicalismo petrolero. La crítica a Marín y a la privatización de YPF es válida, pero al mismo tiempo, se hace necesario preguntarse hasta qué punto los propios sindicatos han cumplido con su rol de defensa activa de los trabajadores, no solo desde las palabras, sino con acciones concretas ante un escenario cada vez más complejo en Santa Cruz. La falta de una respuesta unificada por parte de los dirigentes sindicales podría tener consecuencias aún más graves para los trabajadores de la región.

En definitiva, mientras Marín es señalado como el principal culpable de la crisis, los líderes sindicales, tanto Güenchenen como Vidal, deberían reflexionar sobre su propio rol en este conflicto. La responsabilidad de proteger los puestos de trabajo y el bienestar de la provincia es compartida, y hasta el momento, las acciones concretas han sido limitadas.

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