En el relanzamiento de la Fundación Pensar en Entre Ríos, el exmandatario se mostró cuidadoso de no atacar de frente a Javier Milei pero deslizó críticas sobre sus colaboradores.
A confesión de partes, relevo de pruebas. Como diciendo “una picardía”, Mauricio Macri reconoció lo que fue un secreto a voces: que fue un muy mal legislador cuando le tocó el turno de ejercer el cargo de diputado.
Lo dicho en Entre Ríos durante el relanzamiento de la Fundación Pensar ya lo había reconocido anteriormente, al señalar que lo aburría sobremanera la tarea legislativa, pero ahora dio un paso más y lo utilizó como un paso de comedia.
Más allá de la falta de respeto hacia quienes lo votaron e incluso hacia el propio funcionamiento del sistema democrático, el comentario del fundador del PRO apunta directamente al centro de su conflicto con Javier Milei.
El objetivo es decirle al Presidente que no es sencilla la tarea de gobernar sin el apoyo parlamentario que él podría brindarle.